Hay que ver la de tiempo que ha pasado desde mi última publicación en el blog.
Lo dejas un día y cuando te das cuenta han pasado ¡meses!.
Hoy vengo a enseñaros una de las últimas piezas que ha salido del taller de Mil Delicias: un cuquijoyero.
Hace mucho que tenía ganas de meterme con este proyecto pero se iba quedando aparcado por otros trabajos. Sin embargo, ahora que he sacado un poco de tiempo para dedicarme a él es el momento de matar esas ganas.
Tal vez, una de las razones por la que no me ponía con el joyero, es que debía empezar desde 0. Sin patrones he debido sacarlos yo misma a ojo y luego, por ensayo error, ir montando los patrones sobre planchas de cartón duras durísimas.
Pero sólo era respeto porque lo demás ha sido cuestión de recordar lo que me gustaba hacer hace siglos marquetería y cambiar la serreta por un cuter bisturí, cola super concentrada y a decorar.
Estaba claro que el color base sería el morado, pues es el preferido de mi hija y con esa idea lo demás ha sido ir combinando distintos elementos.
Finalmente salió lo que veis y estoy, aunque suene poco modesto, muy contenta con el resultado. Además, más diy no puede ser.
El papel morado no llevaba ningún estampado. Está hecho a mano empleando un stencil.
Las puntillas también son caseras. Hay que sacar provecho a las madejas de hilo para ganchillo.
Las rosas son de fieltro y van apoyadas sobre una de las muchas conchas que mis hijos recogen con su padre durante las vacaciones en la playa.
Y el pomo del cajón lleva un botón que antes estuvo en un abrigo.
El resto de los apliques son de cartulina y el espejo es aportación de mi marido.
Espero que os guste tanto como a mí.
Y gracias por vuestra visita.
Y gracias por vuestra visita.
Es una "cucada"... felicidades!!!
ResponderEliminarMuchísimas gracias
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