No suelo enseñaros la trastienda de Mil Delicias, el quehacer diario de cada una de las piezas pero, en esta ocasión, no pude resistirme a hacer una foto a mi mesa de trabajo.
En un rato de descanso me quedé mirando lo que tenía delante y decidí compartirlo.
Pequeños y hermosos detalles de un trabajo constante.
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