Antes del verano, y justo cuando se llevaron el último cactus de crochet que estaba hecho, entró en la tienda una niña preguntando por uno. Quería un cactus deliciero, pero ya no había :( . Ohhhh.
Le dijeron que debía esperar un poco para tener uno y desde aquel día, una vez a la semana se pasaba para preguntar. ¿Ya han llegado los cactus?. Bendita paciencia porque tardé un poco en hacer más.
Al final su paciencia tuvo recompensa y como lo quería para un regalo, su cactus está en casa de alguien especial, tan especial como ella.
Qué bonito! No es genial que alguien tenga tanto interés en tus productos?
ResponderEliminarAcabo de encontrar tu blog y me quedo por aquí. Yo también hago cositas a crochet ;)